El color del vino es lo primero que llama nuestra atención al servirlo en una copa. Pero, ¿sabías que este simple detalle nos puede dar pistas sobre su edad, variedad de uva, método de elaboración e incluso su estado de conservación? A continuación, te presentamos una breve guía para descifrar el lenguaje de los colores del vino:

Vinos Tintos:

  • Rojo púrpura: Jóvenes y vibrantes, estos vinos suelen ser frescos y frutales, perfectos para disfrutar como aperitivo o acompañar ensaladas y carnes blancas incluso pescados y mariscos.
  • Rojo rubí: A medida que el vino tinto madura, su color evoluciona hacia tonalidades más rubíes, indicando mayor complejidad y cuerpo. Son vinos ideales para acompañar carnes rojas, quesos maduros y platos especiados.
  • Granate: Los vinos tintos de mayor crianza adquieren tonos granates profundos, señal de su intenso carácter y potencial de guarda. Perfectos para maridar con carnes rojas a la brasa, caza y platos de alta cocina.
  • Teja: En el caso de algunos vinos tintos muy viejos, podemos encontrar tonalidades teja en el borde de la copa. Esto no significa para nada que el vino esté en mal estado, sino que ha evolucionado notablemente, adquiriendo aromas y sabores complejos.

Vinos Blancos:

  • Amarillo pajizo: Los vinos blancos jóvenes suelen presentar un color amarillo pajizo, con reflejos verdosos que indican frescura y acidez. Son ideales para acompañar aperitivos, pescados blancos y ensaladas.
  • Amarillo dorado: A medida que el vino blanco envejece, su color se intensifica hacia tonalidades doradas, ganando en complejidad y untuosidad. Perfectos para maridar con pescados grasos, arroces, quesos cremosos y carnes suaves.
  • Ámbar: Los vinos blancos dulces o de añadas antiguas que  pueden presentar colores ámbar y/o tostados, indicando una mayor concentración de azúcares y una oxidación controlada. Ideales para postres, quesos azules y foie.

Vinos rosados:

  • Rosado pálido o salmón: Estos vinos suelen ser muy frescos y aromáticos, con notas florales y frutales. Son ideales para acompañar aperitivos y platos ligeros.
  • Rosado medio: Ofrecen un equilibrio entre frescura y estructura, con aromas a frutas rojas. Son muy versátiles y maridan bien con una amplia variedad de platos.
  • Rosado intenso o cereza: Estos vinos suelen ser más estructurados y con cuerpo, con aromas a frutas rojas maduras y especias. Son perfectos para acompañar platos más intensos y contundentes.

El color del vino, una ventana a un mundo de sensaciones

La próxima vez que disfrutes de una copa de vino, tómate un momento para observar su color con detenimiento. Déjate llevar por sus tonalidades y recuerda que cada matiz te está revelando parte de su historia y su potencial.

En VIDA & COMIDA, nuestro equipo de sala estará encantado de asesorarte sobre la mejor elección de vino para cada plato, guiándote a través del fascinante mundo de los colores, los aromas y los sabores.

¡Salud!🍷